Cómo tomar decisiones acertadas cuando estás pensando en ser madre

Hoy te vengo a hablar de decisiones. Esas que de vez en cuando hay que tomar de forma irremediable  y que cuestan tanto. A mí por lo menos me resulta bastante pesado y tedioso estar  buscando información y seleccionando las fuentes más fiables para el proceso, y más pereza me da tener que finalmente analizarlo todo y tomar la decisión. Por eso igual suelo ser muy impulsiva, porque no quiero perder ese tiempo y  lo quiero todo ya.  Pero ¿qué pasa si de lo que hablamos son de decisiones tan importantes como ser madre?

Tener un hij@ es una de esas complicadas y delicadas tareas  que tarde o temprano nos llega a tod@s. A los que quieren y a los que no quieren tener hij@s.

Desde que decidí formar una familia hasta ahora he tenido que sopesar muchas cosas, sobre todo porque  los bebés cambian toda tu vida: tus  costumbres y rutinas, o tu libertad. Además no sabes si estarás a la altura de la situación y lo que menos quieres es equivocarte, porque aquí cuando se tiene un hijo no hay vuelta atrás. Un/a  hij@ no se puede devolver porque te hayas equivocado al elegir.

¿Estás preparada para ser madre?

Parece que fue ayer cuando estaba reflexionando sobre mi maternidad. Me parecía el momento adecuado, estaba recién casada, no trabajaba y me encontraba muy sola en casa. Podía haber pensado en volver a trabajar, para no aburrirme, pero había tomado una de esas decisiones exprés por un problema de salud y no quería regresar a ello de nuevo ni por asomo. Ni siquiera pensé en las consecuencias económicas que eso podía tener, me daba lo mismo. Yo quería tener un bebé, quería ser feliz y lo demás me importaba un pepino. ¿Inconsciente?

Si la situación hubiera sido la actual quizás me lo hubiera pensado dos veces, pero entonces mi marido trabajaba y yo había aprendido a vivir con un sueldo pequeño,  sin lujos. ¿Por qué iba frenar el dinero mi decisión de ser madre? Donde comen dos, comen tres.

Después de lo que había vivido meses atrás, a idea de tener un hij@ me alegraba y me llenaba de ilusión. Mi reloj biológico me decía que había llegado la hora y estaba decidida. Además era algo que soñaba hacer, ¡qué demonios!

Creo que todas las mujeres tenemos una inflexión en nuestra vida para considerar ser madres. Algunas lo tienen muy claro, como yo: quieren ser madres, o no.  Algunas mujeres prefieren enfocar su vida en otra cosa. Y luego están las mujeres que no tienen nada decidido aún, que les gustaría ser madres pero sus circunstancias personales les  frena.

Alrededor convivimos con muchas mujeres y madres. Cada una de su padre y de su madre, con sus ideas y sus circunstancias personales. Cada mujer tiene una idea preconcebida de la maternidad, y este es el problema. Que luego la realidad puede no corresponderse con nuestra idea, y llegan las decepciones, y como he dicho: no hay marcha atrás.

En este punto es cuando quiero hacerte una pregunta ¿sabes realmente lo que es un bebé?

Te preguntarás por qué te digo esto,  ¡claro que sabes qué es un bebé! No eres tonta.

Pues te lo digo muy en serio, porque mucha gente no sabe todavía lo que es un bebé de verdad y cuando nos encontramos con una maternidad que no cumple con nuestras expectativas muchas veces es porque nadie nos ha contado de verdad lo que es un bebé. Y ya que estás intentando tomar la decisión acertada sobre el momento para ser madre,  lo lógico es que te enteres de lo que implica realmente la llegada de un hijo.  ¡No digas que no te avisé!

la decisión de ser madre

  • Un bebé es una cosita muy pequeña, pequeña, pequeña, pequeña… un milagro de la vida que se ha estado gestando en tu vientre, un ser humano con plenos derechos que espera que le quieras y le ames incondicionalmente pase lo que pase, incluso si no es tan guapo y perfecto como tu soñabas.
  • Un bebé es un ser inteligente, que sabe lo que tiene que hacer cuando viene al mundo, que espera que le respondas como dice su chip de supervivencia y que no lo reproches si llora y no te da tregua. Esto no quiere decir quiere decir que sepa más que Lepe y que te está toreando. En cualquier caso intenta que no le torees tú, y sus razones tiene.
  • Un bebé es pequeño durante mucho tiempo, no sabe andar, ni sabe hablar, su única forma de poder comunicarse contigo es a través de señales,  a veces sutiles y otras más evidentes, como cuando llora. El llanto es un mecanismo de defensa. Llora para que sepas que te necesita. No llora por capricho.
  • Un bebé necesita tiempo, y no solo cuando es recién nacido. La inversión que requiere se llevará fácilmente por lo menos dos años intensos, y aunque ande, coma solo y haga pipí y caca en el wc, aunque sea autónomo, nunca será totalmente independiente de tí, porque te ama.
  • Un bebé no es un mini adulto, no come como tu, no duerme como tú, ni gestiona sus emociones como tú lo haces. Un bebé no se puede adaptar a tu ritmo porque no está preparado, porque es inmaduro y porque necesita tiempo para conseguir llegar hasta donde estás tú. Si quieres forzar su ritmo tendrás que pagar las facturas de tu atrevimiento.

Y ahora que sabes lo que es un bebé, imagina que te pones a la faena, por fin te decides y te salen  gemelos. Párate cinco minutos a pensarlo. Todo esto lo multiplicas por dos.

Quizás te ayude hacer un pequeño  trabajo de introspección para descubrir tu motivación para ser madre antes de tomar tan transcendental decisión.

¿Por qué quieres ser madre?

Si no te has parado a pensar realmente por qué quieres ser madre deberías hacerlo. Como te dije la maternidad es algo muy serio.

  • ¿Es lo que has soñado siempre?
  • ¿Es que ves que se te está acabando el tiempo para ser madre?
  • ¿Eres la única del grupo que no ha sido madre aún y no quieres ser la rara?
  • ¿Tu madre te está diciendo todo el tiempo que cuándo le  vas a dar un nieto y quieres darle ese gusto?
  • ¿Es tu pareja quien está acosándote para ser madre o quizás buscas asegurar una relación inestable con un hijo?
  • ¿Quizás es que has sentido la llamada de tu reloj biológico realmente?

¿Cómo está en casa el tema laboral?

La estabilidad es algo que valoro mucho. Si no sabes qué va a ser de tu vida porque tu puesto de trabajo está en peligro o requiere de mucho compromiso con la empresa, y no sabes cuánto tiempo tendrás disponible para cuidar a tu hijo, y al final lo va a criar la abuela o tu suegra, está claro. No es el momento. Si no puedes asumir ese cambio de prioridades, espera un tiempo y reflexiona un poco más.

¿Qué tal está tu economía?

No te voy a engañar. Un bebé cuesta dinero. Quien te diga lo contrario  miente como un bellaco. Pero también es cierto que vivimos en una sociedad muy consumista y el mercado se aprovecha de esto para sacarnos los cuartos y acaban de despertarnos una necesidad ficticia que no tenemos por la que acabamos comprando cosas innecesarias. Si no tienes cierta estabilidad en tus ingresos, quizás tengas que esperar un poco más.

¿No quieres renunciar a tu carrera profesional?

La maternidad no está reñida con tu autorrealización. Hay muchas mujeres que siendo madres han alcanzado la cumbre en su trayectoria profesional, y aún mejor, compaginando sus dos pasiones: sus hij@s y el trabajo. Conozco muchas mujeres así. Yo misma podía haber seguido en la empresa que empecé a trabajar y estar trabajando en lo que estudié. En cambio la maternidad me ha traído un nuevo proyecto con el que estoy  muy ilusionada.

No tengo pareja todavía

Si lo que quieres es ser madre, y no acabas de encontrar la pareja ideal, pero sientes que tu reloj biológico corre y lo deseas mucho, no te lo pienses mas. Muchas mujeres deciden emprender su maternidad en solitario y lo han hecho muy bien.

De la misma manera si no es seguro que tu relación esté funcionando, un/a hij@ no es la solución para arreglarlo. Un bebé necesita un entorno estable y armonioso, ser criado con amor.

Te preocupa tu libertad y tu estilo de vida

Uno de los mayores problemas que encuentran los padres hoy en día es la asincronía entre  las necesidades de sus bebés y las suyas como adultos.  Y el mercado ha sabido aprovechar esta necesidad y ha acercado a los padres métodos y sistemas para conseguir su propósito, sin pensar en los efectos secundarios.

Muchas cosas que hacías hasta ahora dejarán de ser posibles en un larguísimo espacio de tiempo y para poder disfrutar de algunas de ellas tendrás que recurrir a terceros como los abuelos y otros familiares, que pueden o no estar dispuestos a hacerte el favor. No me refiero a salir un día con tu pareja para celebrar tu aniversario, sino el hacer de forma sistemática algo que hacías antes de ser madre como salir con las amigas de fiesta.

A partir de ahora las únicas fiestas a las que serás asidua serán las de los cumpleaños de los amigos de tus hij@s.

Si encuentras que algo de esto no encaja en la idea de maternidad que tienes, no te sientas forzada a continuar insistiendo, por lo menos hasta que seas capaz de aceptar que es lo que hay. Nadie te va a juzgar por eso, al revés, habrá que felicitarte por tu responsabilidad.

10 comentarios en «Cómo tomar decisiones acertadas cuando estás pensando en ser madre»

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  3. Hola. Me encantó tu historia y el valor ke tienes por darle pecho a tus hijos y dormir con ellos!! Me emociona madres así hoy en día y con dos a las vez…yo hice lo mismo con cada uno de mis hijos pero cada uno e. su momento y es sacrificado, así ke me imagino tu… Mi hermana me comentó también ke keria hacer un plan de parto, yo le recomendé que no lo hiciera xq parece ke lo leen y cae mal y hacen justo lo contrario..

  4. Impresionante post, conmovedor por el reconocimiento de lo bueno y lo malo que habéis hecho y que os ha pasado. Me acuerdo de que también me metí en internet a mirar lo del plan de parto, la lactancia, etc en las últimas semanas de mi primer embarazo, y anda que sirvió para algo en el hospital.

    Gracias por el relato, aunque me queda la duda de si quieres “otro” bebé

    • Hola
      pues sí, con las ganas me quedo, pero desearía otro bebé. Ahora que he sido tía reciente, hasta envidia he tenido, pero bueno, para todo hay un tiempo, ¿no? Yo creo que cumplir, he cumplido.

      A mí tampoco me sirvió de nada el plan de parto, se lo pasaron por el forro…

  5. Siempre la separación en el parto y endiñar biberones a tutiplén. Yo lo tenía pánico y, aunque no hice plan de parto dejé muy claro que no quería que se llevarán a mi bebé.
    Tuve mucha suerte cin el hospital y estoy tremendamente agradecida.

    Respecto a los límites me parece bien lo q dices, yo estoy empezando a plantearme cómo voy a tratar este tema y tengo mis dudillas jajaja

    Un beso!

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