Amamantando a prematuras: la historia de Olivia y Lucía

Hoy me escribe Mercedes, la mamá de Olivia y Lucía, unas gemelas que nacieron antes de lo previsto y que ha querido compartir con las madres de gemelos su historia de superación amamantando a prematuras.

Quiero felicitar a mamá e hijas por este gran logro.  Tú también puedes conseguirlo con apoyo, paciencia y mucho cariño. 

prematures

Nacer antes de tiempo

Por dónde empezar a contar mi experiencia con la lactancia….

Pues si empiezo por el principio me tengo que ir al día 3 de febrero que es el día en que nacieron las dos personitas más importantes de mi vida: Olivia y Lucía.

Nacieron el 3 de febrero a través de una cesárea de urgencia cuando me encontraba en la semana 30+5.

La semana anterior me pararon el parto y me inyectaron corticoides para la maduración de los pulmones de mis pequeñas.Pero el 2 de febrero se me rompió una de las bolsas, y aunque me dijeron que con reposo podía aguantar alguna semana más y me dijeron que me podrían volver a parar el parto, el 3 de febrero a las 7.30 empecé con contracciones.

Me pusieron monitores y a la hora me hicieron un tacto: estaba dilatada de 5 cm, el parto no se podía parar: cesárea de urgencia.

¡No me lo podía creer! No podía creerme que mis pequeñas fueran a salir ya.

Lo que se suponía que tenía que ser el día más feliz de mi vida se tornó todo lo contrario.

Me invadió un miedo tremendo, miedo por mis pequeñas que las faltaba todavía 9 semanas para terminar de madurar, sólo quería que ellas estuvieran bien, que no las pasara nada a mis niñas.

La pena se apoderó también de mí. Sentí una pena enorme porque el embarazo llegaba a su fin antes de tiempo. Y mucha culpa.

Me sentía culpable porque mis pequeñas llegaban al mundo antes de tiempo, por no haber sido capaz de hacerlo mejor para que aguantaran dentro de mí por lo menos hasta la semana 34.

Mis hijas nacieron el 3 de febrero a las 10 de la mañana y todo lo idealizado que tenía el momento del parto se vino abajo.

A mis hijas no me las pusieron piel con piel nada más nacer. No las pude ver, tan sólo un segundo cuando me las sacaron.

A través de la puerta del quirófano que estaba entre abierta veía a los pediatras y enfermeras examinar a mis hijas dentro de las incubadoras y ver cómo se las llevaban corriendo a la UCI pediátrica.

Eso sí, al momento entró el pediatra a quirófano para decirme que se encontraban perfectamente.

Estuve 12 horas en reanimación.

Había sido una cesárea de un embarazo gemelar, y además yo tomaba adiro y heparina, con lo cual había riesgo de hemorragia. Hasta las 12 de la noche no subí a planta.

Hasta las 11.30 del día siguiente no pude ver a mis pequeñas. Mi marido me llevaba en la silla. El dolor de la cesárea no me permitía levantarme a andar. Me permitió levantarme cuando por primera vez vi a mis hijas en sus incubadoras.

Eran pequeñitas, eran preciosas, eran mi vida.

No voy a pasar a detallar la evolución de mis pequeñas en los 37 días que estuvimos que estar en el hospital porque me extendería demasiado. Voy a seguir contando cómo inicié el proceso de lactancia.

Gotas de oro blanco

Nada más ver a mis pequeñas y volver a planta fui directa a pedir un sacaleches.

Siempre lo tuve claro: quería dar el pecho a mis pequeñas y después de todo lo vivido y las recomendaciones de los y las profesionales sanitarios en el que me indicaban que la leche materna era el mejor remedio para los bebes prematuros lo tenía más claro todavía.

Empecé con el sacaleches.

Para mi sorpresa no fue para nada sencillo. Prácticamente no salía nada, pero yo no decaía. Me decían que entre más veces mejor.

Así que ahí estaba yo con el sacaleches todos los días acuestas y a todas horas. Cuando me dieron el alta lo primero que hice fue comprarme un sacaleches, el de medela swing concretamente.

En el hospital, las tomas con mis hijas eran cada 3 horas.

Me iba al hospital a las 9 de la mañana y regresaba al piso que tuvimos que alquilar a las 1.30 de la noche (yo vivo a unos 200 kilómetros del hospital donde hay unidad de neonatos).

Entre toma y toma el hospital disponía de una sala de lactancia donde había sacaleches eléctricos dobles de uso gratuito para las madres. Así que entre toma y toma allí estaba yo.

Yo no tuve “subida” de leche como dicen. Durante aproximadamente unos 15 días no era capaz de extraerme más de 10 mililitros. Si conseguía extraer 20 era una fiesta.

Durante estos días la leche que me sacaba era para mi hija que tenía menos peso. No tenía suficiente para las 2, así que la leche iba para la que lo necesitaba más.

Se me partía el alma de no poder llevar leche también para mi otra pequeña.

Tenía que conseguir tener leche suficiente para las 2, no quería decaer, pero ya llevaba más de 15 días y no era capaz de sacar más de 10 mililitros en cada extracción.

Tuve que aguantar comentarios de algunas enfermeras del tipo “tienes muy poquita leche”, “pues después de tantos días, no creo que te suba”

Afortunadamente tenía el apoyo de otras mamás en mi misma situación que me animaban y me decían que entre más me pusiera mejor, que lo conseguiría.

Desesperada por la poca producción de leche y por la falta de asesoramiento en el hospital, me puse a buscar a través de la redes sociales. Y fue a través de Facebook como conocí a MULTILACTA y pude explicar mi problema. Allí me contestó Gema y gracias a ella todo cambió.

Empecé a hablar con ella a través de whatsapp y me habló del método de la extracción poderosa (yo la había planteado a ella incluso medicarme, tomar domperidona que algo había leído por ahí, pero ella me aconsejó que esperase).

Decidí probar con el método. Este método se hace en tres días.

El primer día consiste en extraerte durante 10 minutos cada hora-hora y media. El segundo día extraerte durante 20 minutos cada 2 horas. Y el tercer día extraerte durante 30 minutos cada 3 horas.

Me pasaba todo el día en el hospital y aunque en esos días tuviera que renunciar a pasar un poquito menos de tiempo con mis pequeñas lo hacía por su bien.

Y el esfuerzo mereció la pena.

Cada día producía más leche. Era increíble ver como empezaba a llenar botes: primero uno, luego dos, luego tres, incluso hasta cuatro botes a primera hora de la mañana.

Empecé a producir leche para mis dos pequeñas. ¡No me lo podía creer! Lo conseguí. Mis nenas se alimentaban con mi leche. Fue un sueño cumplido.

Ha sido un camino muy muy duro.

Todo lo que te dicen que favorece la producción de leche: el contacto piel con piel nada más nacer, ponerte al bebé al pecho el mayor número de veces posible

Todo eso no lo podía hacer; mis niñas se alimentaban por una sonda nasogástrica, luego tuvieron que aprender a tragar con el biberón y finalmente, después de unos 15 días después de que nacieron me las pude poner al pecho.

Además, me inyectaron corticoides para la maduración de los pulmones, di a luz por cesárea y 9 semanas antes de lo previsto. Mi cuerpo todavía no estaba listo.

Pero LO CONSEGUÍ. Gracias a Gema llevo 4 meses de lactancia con mis pequeñas. 4 meses maravillosos en los que cada vez que mis hijas se prenden al pecho me hacen la mujer más feliz del mundo.

He de decir que no es lactancia materna exclusiva.

El primer mes y medio sí, pero a medida que mis hijas crecían, demandaban más y como tengo en la cabeza metida la idea negativa tantas veces escuchada de “no voy a tener leche suficiente para las dos” las ofrezco un poquito de biberón después del pecho.

Suelen comer un poquito, otras veces no toman nada, y otras veces las tengo que preparar más de lo que tenía previsto.

No sé si estará mejor o peor hecho (porque también hay que ver los comentarios de algunas de las que están a favor de la lactancia materna exclusiva que te hacen sentir como si al dar fórmula al bebé le estuvieras dando veneno…) pero es lo que mejor nos funciona a las 3.

La necesidad de una mano amiga, la ayuda de una asesora de lactancia

En todo este proceso he de decir que he echado muchísimos de menos la figura de una asesora de lactancia dentro del hospital.

No puede ser que hoy en día nadie, ABSOLUTAMENTE NADIE vaya a asesorar a las madres después de nacer sus hijos sobre cómo hay que proceder para la instauración de la lactancia.

Me cansé de preguntar a enfermeras y matronas, y cada una me daba unas indicaciones diferentes: que si extráete leche cada 3 horas y solo 5 minutos que si no te haces daño, otras que lo tenía que hacer muy frecuentemente y muy poco tiempo, otras que si veía que me salía algo de leche que siguiera…

En fin, mi sensación después de dar a luz es que te abandonan a tu suerte.

Afortunadamente, existen los grupos de lactancia y gracias a las redes sociales aunque las distancias sean grandes y no se pueda asistir a las reuniones presenciales, te pueden asesorar muy bien.

Muchísimas gracia Gema, sin ti estoy segura que no lo hubiera conseguido.

¿Dónde conseguir apoyo para empezar y continuar?

No sé a vosotras, pero yo he llorado de lo lindo.

Os cuento que:

  • Multilacta ofrece asesoría presencial en el grupo de lactancia. Yo suelo llevar el  grupo de  Coslada, al que más madres de gemelos vienen, pero puedes hablar con cualquier de mis compañeras, o acudir a sus grupos si no vives cerca, porque se encuentran preparadas para asesorarte igual de bien.
  • Si no vives en Madrid y no tienes posibilidad de acudir a nuestros grupos tienes la posibilidad de solicitar una cita on line conmigo, a un precio razonable.
  • Si prefieres algo gratuito, puedes probar con mi grupo on line.

Puedes leer algo más sobre gemelos y prematuridad aquí.

Créditos foto Ceejayoz, Flickr

2 comentarios en «Amamantando a prematuras: la historia de Olivia y Lucía»

  1. Esto es lo que necesitaba leer, 😀 me siento totalmente identificada, tengo gemelos de 2 meses, y tambien estuvimos un mes en el hospital y el inicio de mi lactancia nada exitosa, tampoco tengo mucha leche, y me sentia tan frustrada con toda la presión encima d no producir lo suficiente! Pero ya no más,ya sea nuestra leche o fórmula pero los alimentamos con amor 😀

    • Hola
      pensad que no importa tanto la cantidad de la lactancia como la calidad de la misma.Y cualquier cantidad de leche será oro puro,y mejor que nada. Un beso.

Los comentarios están cerrados.

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