El día que llegaron las excursiones escolares y se acabó la tranquilidad

Hoy os quiero hablar del impacto que tienen las excursiones escolares en nuestra vida como padres. No había escrito hasta ahora nada sobre ellas, pero hoy más que nunca creo que es de las excursiones que estoy más nerviosa, y eso que ya son muchos años de colegio y de instituto. Necesitaba contarlo.  Los miedos los tenemos ahí, ¿estarán seguros? ¿Llegarán bien al destino? ¿Y si les pasa algo, cómo me entero? ¿Volverán enteros?

Llamadme loca, o lo que queráis.

A mí las excursiones siempre me han dado mucho respeto, y me afectan mucho. No me quedo tranquila  hasta que les veo bajar del autobús. Creo que nadie va a saber cuidarles como lo hacemos mi marido y  yo.

La primera vez recuerdo que fue con 3 años, y se iban a la granja. Me daba pánico todo.

Por un lado las alergias que tenían me echaban hacia atrás mucho, y por otro lado que no hablaran nada inteligible.

Los profesores te animan a que permitas que vayan a estas excursiones escolares porque son parte de su trayectoria educativa y porque tienen grandes beneficios didácticos y sociales.

No le quito razones, estoy muy de acuerdo, me parecen un recurso importantísimo y no quiero,  ni quería,  privarles de esos momentos. Pero también entendedme a mí. 😉

Son hijos, son carne de tu carne, son toda tu vida, y se ven tantas cosas que te echan hacia atrás…

Ellos se lo pasaron bomba, pero yo no estuve bien mientras estuvieron fuera, pensando que se perderían, que no les volvería a ver.

Y confieso que aún sueño con esto. Me aterra no volverles a ver.

Después de 13 años, sigo con el mismo miedo

No evoluciono a mejor, sino a peor.

Ahora que son adolescentes, que quieren imponerse a todo y se revuelven contra tus ideas, es cuando siento que más miedo tengo.

Hace unas semanas los pequeños, que ya son 12 años, empezaron a salir con sus amiguitos fuera de mi zona de confort. Fuera de mi vista.

Aunque llevan teléfono móvil, el mundo en el que ahora vivimos no es como antes, o por lo menos yo no lo siento así.

Ha empezado en mi vida algo a lo que no me voy a acostumbrar nunca.

Sí,  me da miedo que se vayan sólos, a pesar de que sea relativamente cerca.

Me  impone que no sean capaces de sacar sus armas, su personalidad y saber defenderse del acoso, de la presión del grupo que a veces te lleva por caminos oscuros.

Pues la cosa se pone peor cuando salen a 50 kms de distancia, son 60 niños y tres adultos para manejar a muchas hormonas revolucionadas en plena naturaleza y con agua entre medias.

Con el agua hemos topado

Cuando vamos a la piscina siempre estoy atenta a lo que hacen. Incluso con un socorrista, son pocos ojos para tanto chaval. Y mis hijos no están solos.

Hay otros niños de su edad, más mayores, y más pequeños, y en general, hay de todo, bonito y asqueroso.

En esta salida en concreto del colegio, apropiada por que es verano y acaban su etapa de educación primaria,  se han ido a unas preciosas piscinas naturales.

Muy bien pero a mí nadie me ha comunicado que donde vayan a ir haya socorristas.

Solo con saber que el 77% de los ahogamientos se producen en zonas sin vigilancia, es suficiente.

Me dice mi hijo tan ancho: “¡si las piscinas te cubren por la cintura!” Como si eso fuera una medida de seguridad por sí misma.

Los bebés o niños pequeñitos, por ejemplo, se pueden ahogar hasta en 30 cm de agua.

No es que lo equipare a los adolescentes, porque no es lo mismo, pero teniendo en cuenta las locuras que pueden llegar a hacer, con ellos  200% puesto en su vigilancia.

Además, no son piscinas al uso, son piscinas naturales, parte de un río, con sus corrientes y sus piedrecillas.

Por ejemplo, me dan miedo las aguadillas. Nunca, jamás, me han gustado. Ni que las haga el guaperas de turno, ni que me las haga con mucho amor y cariño. ¡Las tonterías que se las hagan a su madre!

Yo soy de las que debajo del agua no aguanta, de las que si me tapas la nariz no soy capaz de respirar por la boca.

Y mis hijos, mis queridos hijos, pues se tapan la nariz para tirarse a la piscina y dentro se ponen pinzas de esas que llevan las chicas de la natación sincronizada,  porque no saben bucear de otra manera.

Si les hacen una aguadilla se beben toda la piscina. Yo cuando se atragantan les digo en plan de gracia, ¡que la piscina no es sopa!

A lo que voy, que las aguadillas aunque sea en una piscina por la cintura, puede ahogarte, tragar agua, irse por el otro lado y pillarte una neumonía. Así de claro.

Luego tenemos la más conocida tiradita.

El empujoncito del gracioso o graciosa de turno porque, ¡ay, qué guapo es, voy a llamarle la atención! o !mira, el pringado de turno, vamos a ver qué tal se cae!

Hasta que se cae mal, o se pilla un susto y se tiene que tirar el socorrista -si hay-  a salvarle, porque el amigo no se va a tirar, seguirá riéndose mientras lo mira muy seguramente porque es muy divertido el aspamiento que hace y parece que esas cosas nunca pasan.

Y esto de tirarse ya de forma voluntaria, encima de todo el que está nadando o en la piscina. ¿Qué me decís?

Porque es muy gracioso también, para algunos.

Y luego ya, de forma muy ególatra, está el “mira que guay soy”, que me tiro de cabeza -sin saber tirarse de cabeza, que es peor- en una piscina con un metro y medio de  profundidad.

O el que se cree un Boudia y se hace un tirabuzón  saltando a menos de medio metro de altura. Y se rompe la crisma o la espalda porque no sabe medir ni distancias para tirarse de ninguna manera.

Sino son las carreras para saltar a bomba o a lo que sea.

Que sí, que es muy divertido, pero más peligroso de lo que parece.

Pueden contárselo a la cantidad de parapléjicos que se sucedieron a inocentes zambullidas de verano.

¿Cómo me voy a quedar tranquila si se marchan hoy a esa excursión escolar con piscina incluida de la que nadie me ha contado qué equipamiento tiene?

Aquí no vale el que la piscina sea natural. Me da igual. 😡 

Os dejo unas recomendaciones de la revista de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria sobre la Prevención del ahogamiento.

Todo son peligros

Algunos a estas alturas diréis que soy  una aguafiestas y una exagerada. ¡Lo que no sé es cómo mi madre me dejó ir a las excursiones del colegio!

Otra de las cosas que me parecen que son un peligro de las excursiones escolares ya con niños de esta edad es que harán siempre lo que quieran, porque están en la edad.

Por muchas precauciones que les demos, lo harán.

Yo tengo todavía la esperanza de que no lo hagan, pero no estoy totalmente segura. 🙄

Tema de protección solar

No sé si los profesores estarán encima de todos ellos para que se echen su crema.

Cuando iban a excursiones escolares y eran muy pequeños, no sé cómo lo harían, porque muchos no saben echarse la cremita.

Pues ahora de mayores, lo van a dejar en sus manos. ¡Ya veremos!

Les he dicho que se echen crema cada 3 horas, por eso de que estarán entrando y saliendo del agua y por mucha resistencia que ofrezca la cremita, no hay garantía.

No veáis la que han montado porque les  he puesto crema antes de salir. Que ya se la iban a echar cuando llegaran.

Pues si me dicen que van a estar caminando un kilómetro desde el autobús hasta el destino, del sol no se van a escapar, ni va a  ver una hilerita de arbolitos por toda la carretera  para protegerles. 😆

Que no se querían llevan gorra. ¿Qué?  😡 

excursiones escolares reales, como esta de hoy mismo
Esta foto es de hoy, justo antes de publicar el post la he recibido. ¿llevan la gorra? ¿Y el de las chanclas, qué?

La gorra no es negociable.

Cuando se ha puesto en plan borde, le he dicho que yo iba a estar mi sola, que estaría encantada de tener su compañía todo el día. ¡Se ha llevado la gorra!

Que no quería llevar la botella de agua congelada que era mucho peso que allí había kioskos…a dos euros la botella de medio litro. ¡Mira pero no, a robar a tu casa!

El agua es otra cosa que no es negociable, tienes que  llevar agua porque hace muuuuucho calor y hay que beber frecuentemente, y más si hace travesías hasta tu lugar de destino.

Eso sí de la Coca Cola no ha dicho ni mu, el tío lila. No le estorbaba en la mochila 👿

Ropa y calzado adecuado

Nos mandan ayer una notita con las cosas que hay que llevar. Calzado de agua.

Que ahora pienso que si era un río podía haber dicho, zapatillas de agua, para río. Ando con la neurona mal últimamente.  😯 

Estupendo, esta mañana uno llevaba las chanclas ya incorporadas a cinco minutos de salir de casa. ¿Que hay que andar un kilómetro por la carretera?

¡Pues yo con dos huevos!,  en chanclas. 😉 

El otro por no llevar peso, ni llevaba chanclas en la bolsa. Se iba a llevar las deportivas colgadas del cuello, o iba muy decidido a vivir una aventura pseudo en pelotas. 😥 

Aún así las van a pasar putas en río, sin calzado adecuado de agua…

No sé si reírme o llorar, de verdad. ¡Qué lucha! 😐 

Tienen un montón de camisetas. Además unas del colegio que son especialmente para las excursiones escolares, color  Naranja Butanero.

¡Pues nos vamos con la camiseta que queremos!

Y si está manchada, me da igual, ¡es la que quiero!

Ahí se han ido, ajustaditos, y con la telita bien pegadita a sus tripitas regordetas,  porque les gusta mucho comer y la coca cola, y yo no soy capaz de cambiar los hábitos a estos personajillos hasta que no se les despierten las luces de nuevo.

Y un lamparón en la camiseta. Para que quede lindo.

La comida

Pues como van de comedor, les han preparado la comida. ¿Creéis que llevaban una nevera para la ocasión?

¡No, hombre! ¿”Pa” qué?

Mira que son baratas, que podían llevar una.

Pues una pordiosera caja de lo que sea es la que llevaban con todas las bolsitas con bocatas y agua. Cuando se vayan a beber el agua estará como el pis, vamos.

Como no lleven bien de papel para el culo, se les van a cagar todos y los van a tener que limpiar con lo que yo les diga, una hojita de pino.

Uno de mis hijos llevaba su nevera y la de su hermano, porque el pelotudo no quería llevarla. Y ha llevado finalmente la botella de agua congelada porque estaba fresquita en la espalda.

No sé estos del colegio, qué pocas luces y qué pocos conocimientos de seguridad con temperaturas de 35 grados para arriba.

Ya te digo yo lo que va a pasar en dos días. Intoxicationworld.

Os dejo un poquito de información sobre qué comidas para excursiones pueden funcionar mejor, porque yo ya no sé ni qué prepararles.

El botiquín de primeros auxilios

Soy muy mal pensada.

Os prometo que quiero pensar que al lugar que van hay un socorrista, hay una caseta de salud y que tienen todo. No lo consigo. Porque en otras piscinas naturales no hay, y más si son de acceso gratuito.

Pero digo que los profesores tienen que llevar su botiquín propio del colegio. ¿NO?

Un botiquín mínimo con todo lo que necesitan. Digo que se han asegurado que saben bien cómo actuar en casos de golpes de calor, deshidrataciones, insolaciones, quemaduras, picaduras,  reacciones alérgicas, y por supuesto, la RCP Básica…

Y ya no hablo de los cortes de digestión. Que están a la orden del día en todos los veranos.

De eso por lo que me dijeron sí les comentó algo el profesor, que se metieran despacito al agua después de comer.

Que de verdad, ¡no sé ni cómo les dejo ir a estas excursiones escolares!

Y ahora es que ya no vivo hasta que lleguen las seis y media.

Un botiquín práctico de verano  y que bien vale para estas excursiones escolares de fin de curso, es fácil de montar. En el enlace encontraréis más información.

Y los mayores no se quedan atrás

Gracias a Dios no serán muchas excursiones escolares más, porque en el Instituto están capadas.

Los mayores la última vez tuvieron un pequeño percance y encima casi acaba todo en una denuncia, pero mía.

Llega el momento de entrar en la famosa ESO, y las salidas son más reducidas, cosa que entiendo, porque no hay huevos a llevar a tanto adolescente fuera con tan poca paciencia y profesores tan poco motivados. Soy realista.

La última vez que fueron de excursión los mayores, como siempre con la autorización de salida por delante, llegaron súper enfadados a casa porque les iban a poner un parte.

Ahora conozco ambas versiones, pero aún así, podría haber puesto una denuncia si me hubiera dado la gana.

¿Para qué me pides una autorización si luego dejas cancha libre a los chicos para irse donde les salga del pijo o del higo? ¿Si no los vas a vigilar?

Mal, mal….

Resulta que hay profesores que tienen el don de la omnipresencia y se pueden dividir en cachitos que viajan en espíritu vigilando dónde marchan los alumnos.

Les permiten escapaditas de exploración.

¿Perdona? ¡Mis hijos están a tu cargo!

No les pierdas la vista por muchos 16 años que tengan.

¡Me importa un pepino cómo quieras justificarme tu decisión!

Pues estaban en Sol, y allí el profesor estableció el punto de encuentro, y mi hijo acabó con un amigo que sabía mucho de Madrid, nada menos que en el Bernabeu. ¿Me dices cómo?

¡¡¡¡Porque les dijo que se fueran a explorar por los alrededores!!!! 🙄

Se fueron a vivir una aventura.

Pues la culpa fue para mis hijos, que no tenía móvil, y que claro, no había manera de comunicar con ellos.

Desde entonces llevan móvil, lo compré a propósito.

Pero aún así,  mi hijo salió  del radio de acción del profesor, se alejó lo suficiente sin móvil para poder perderse por Madrid,  y si le llega a pasar algo, ¡al profesor y al Instituto se le cae el pelo!

He de decir además que no iba sólo, iba acompañado de un amigo que sabía mucho de Madrid.

¡Ojo! No sé cómo tomármelo.

Pero aquí fue víctima de la presión. Ya se sabe, porque es tu amigo, y sabe mogollón más que tú, por no quedar mal le llevas la corrientes.

Total, que mi charla también se la llevó el pobre. Yo le creía más espabilado, para el carácter que tiene en casa, leñes.

El hermano, que se quedó en la zona de Sol, estaba muy enfadado y preocupado.

Aunque  la gente crea que los gemelos siempre van juntos a todas partes, no es así y sintió un montón de pánico porque su hermano no regresaba.

A partir de entonces y por más cosas, porque es que hay de todo en la dichosa ESO,  les vetaron totalmente las excursiones escolares en el Instituto, aunque ellos juraron que no irían a ni una más.

Que a ellos no les culpaba nadie de la imprudencia del profesor.

Ea, pues hasta aquí mi pataleta.

Y vosotros,  ¿qué? ¿Os fiáis de las excursiones escolares? Contadnos vuestras historias.

 

1 comentario en «El día que llegaron las excursiones escolares y se acabó la tranquilidad»

  1. la mia mayor, a sus 3 años, ha ido a dos. una granjaescuela y el castillo de manzanares. nunca me habia dado miedo pero ahora que he leido tu post me planteo preocupaciones que antes no… si es que de bebes se tiene mas trabajo, pero al final dan menos preocupaciones. a mi lo que me aterra es el acoso escolar

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