3 razones para evitar usar una pezonera como primera opción

¿Por qué usar una pezonera como primera opción para agarrar a un bebé al pecho que no lo consigue o tiene problemas para hacerlo bien puede ser un riesgo para la continuidad de la lactancia?

La prescripción de una pezonera es muy habitual en el hospital, a pesar de conocerse ciertas desventajas en su uso, de manera especial en los primeros días.

La prescripción se produce de manera apresurada, sin antes realizar comprobaciones ni evaluar con detalle el motivo por el que un bebé está presentando problemas para prenderse del pecho y mamar.

Además, es un elemento que se vende de manera libre en la farmacia, por lo que en ocasiones hasta se compran solo por prevención, para incluirlo en la canastilla, por lo que pueda pasar.

No siempre que se utiliza una pezonera es por una necesidad o problema real. Muchas veces es porque se desconoce cómo tiene que agarrarse un bebé al pecho, lo cual puede provocar molestias en el pecho.

Cuando se coloca una pezonera se debe tener consciencia del motivo que origina su uso, y que cuando el problema se ha resuelto, se retira.

Si necesitas de verdad una pezonera, el profesional que te acompaña tiene que realizar un adecuado seguimiento de tu caso, ayudándote a resolver los problemas y que puedas disfrutar pronto de una experiencia agradable, y no tan engorrosa.

Es un parche al problema sólo de forma temporal.

¿Qué son las pezoneras?

Las pezoneras son unos dispositivos de silicona parecidos a las tetinas  que se colocan encima del pezón para ayudar al bebé a agarrarse al pecho de forma inmediata.

En la actualidad las pezoneras son de silicona y son más finas que cuando se idearon, y reducen algunos riesgos que se les adjudicadaba, como la disminución de la producción de leche (Woolridge et al,. 1980).

Las pezoneras pueden ser un gran aliado cuando se ha hecho todo lo posible por conseguir agarrar a un bebé al pecho sin éxito y se ha evaluado de forma detallada las posibles causas de  la falta de acople hasta que se consigue hacerlo (Brigham, 1996).

Hay que evitar su uso si no sabemos las consecuencias que pueden tener, especialmente, cuando no se usan bien.

Aunque parezca fácil de colocar, no todo el mundo lo hace bien; no se trata sólo de llegar y superponerlas sobre el pezón. Aquí abajo te explico cómo aplicar las pezoneras en el pecho de manera correcta.

El bebé siempre espera que lo primero que entre en su boca sea el pecho de su madre.

Hay que tener en cuenta el tamaño del pezón de la madre y la boca del bebé para escoger la más idónea en cada caso (Clay &Hoover, 2013).

¿Qué hay que tener en cuenta antes de poner una pezonera?

1 Lo que entra por primera en la boca de un bebé crea impronta

De hecho, su boca está hecha para amamantarse de complejo de la tetina formada por pezón y areola.

No mamar del pecho puede confundir al bebé para mamar de nuevo del mismo de forma natural.

Partiendo de esta premisa importante, hay que considerar que una pezonera, aunque sea un elemento añadido al pecho, no deja de ser una barrera de textura diferente que NO es el pecho, aunque esté en el pecho.

La pezonera, al ser más prominente, ofrece mayor estímulo en la boca y puede confundir al bebé cuando regresa al pecho.

El bebé se acostumbra a ese super estímulo y lo necesita para agarrarse, pudiendo hacerse dependiente de ello.

El uso de pezoneras es bastante alto en los primeros días por el miedo a que los bebés no se agarren del pecho y no coman.

Como opción al uso de las pezoneras, en los primeros días se puede ofrecer la leche materna extraída por medios respetuosos con el pecho y tener un poco de paciencia.

Algunos bebés, debido a los partos tan medicalizados, pueden tardar unos días en coger el pecho con normalidad y con la subida de la leche y mejor flujo lo hacen mejor.

Facilitar las oportunidades con mucho contacto piel con piel y acompañarlo de mucho apoyo físico y emocional, porque no es fácil que las cosas no salgan como una lo espera y puede ser muy frustrante.

2 El bebé no mama como lo hace en el pecho natural

El mayor riesgo que se le ha atribuido a la pezonera era que no permitía una estimulación adecuada del pecho y que a la larga se perdía producció y transferencia de leche (Wooldrige et al,. 1980).

Autores como Jack Newman son muy claros al respecto.

El bebé que mama de la pezonera no está mamando del pecho, no lo hace realmente.

Para Newman está claro que lo que sucede con la pezonera es que su textura es mucho más dura y se empuja dentro de la boca del bebé.

No entrena  ni siquiera en el amamantamiento del pecho para poder mejorar en la succión, ni cuando se usa con bebés prematuros.

Además, cuando succiona, no lo hace igual que cuando lo hace directamente del pecho, de hecho es como si estuviera chupando de un biberón.

Además, necesita succionar más fuerte que al pecho natural.

Claramente, los patrones de lactancia con el uso de la pezonera no son los mismos que cuando se tome el pecho directamente.

3 No arreglan el problema que originó su primer uso

El uso de las pezoneras se supone que tiene ser por un corto tiempo y supone tener un acompañamiento adecuado para poder retirarlas así que se arregle el problema que las originó.

Si no corrige el problema de falta de agarre puede no conseguir estimular el pecho adecuadamente aún con una pezonera puesta e incurrir en continuas obstrucciones o mastitis.

Pueden ser utilizadas porque:

  • no se tiene un pezón suficientemente protuberante (es un pezón plano o un pezón invertido)
  • no puede abrir la boca suficiente para conseguir un agarre profundo.
  • no se es capaz de mantener el pecho en la boca mucho tiempo.
  • dificultad para el agarre habitual por algún problema anatómico en la boca,
  • se tienen los pechos dañados o con grietas.
  • se quiere pasar al bebé del biberón al pecho.
  • se desea aumentar la cantidad de leche que toma un bebé prematuro (Meier et al,. 2000).

En cualquier caso, el uso de las pezoneras no exime de un seguimiento que facilite la lactancia natural sin pezonera, ya que está en juego es buen establecimiento de la lactancia materna y el crecimiento adecuado del bebé.

Aunque una pezonera pueda ser de ayuda, no es el mejor apoyo que una madre inexperta en lactancia debería tener, necesitando un apoyo especializado para superar esas dificultades (McKechnie & Eglash, 2010).

¿Entonces, es malo usar una pezonera y no debería usarla?

No hay que ponerse dramático despues de leer esto.

Sabemos que una pezonera a salvado la lactancia de muchas mujeres, que sin ellas habrían dejado de amamantar muy pronto.

Hay que pensar que tenemos que hacer las cosas lo mejor posible y evitar tener que usar las pezoneras.

Nos vamos a encontrar de todo entre las experiencias de las madres.

  • Madres que dejaron de amamantar al poco tiempo de haber empezado con las pezoneras.
  • Madres que pudieron dejar las pezoneras al poco tiempo.
  • Algunas puede que hayan usado las pezoneras toda su lactancia.

Cada  una decide luego lo que quiere hacer con su lactancia si le resulta de calidad y es satisfactoria.

Sólo hay que tratar de evitarlas con: 

  • paciencia,
  • aportando información completa sobre los riesgos,
  • ofreciend alternativas seguras, (extrayendo leche y aportando con métodos respetuosos con la lactancia)
  • con mucho contacto piel con piel,
  • facilitando un parto respetuoso en el que no separen a los bebés de forma innecesaria,
  • no dando al bebé chupetes o tetinas de forma innecesaria antes de tomar el pecho,
  • con el acompañamiento adecuado de personal entrenado en lactancia y actualizado.

Cuando se usen pezoneras, tener presentes que:

  • Hay que saber elegirlas y colocarlas bien. En el vídeo muestro una forma de hacerlo.
  • Hay que vigilar la  ingesta que recibe el bebé, contando los pañales que se mojan y se manchan.
  • Hay que reevaluar la transferencia de leche periodicamente para ver si es necesario estimularo de forma extra con extracción de leche.
  • Observar si al acabar la toma quedan restos de leche en la pezonera.

Así que el bebé  comience a mamar de forma efectiva y ganar peso, puede ser que no se haga falta seguir estimulando de forma extra y se puede valorar retirar la pezonera.

La evidencia no demuestra la seguridad del uso a largo plazo de la pezonera en el manteniento de la producción de leche, la ganacia de peso de un bebé o la duración de la lactancia (McKechnie & Eglash, 2010).

Muchas madres han podido continuar con su lactancia gracias al uso de la pezonera en algún momento de su lactancia, acompañados por un buen especialista en lactancia materna.

¿Quieres contarnos tu experiencia con el uso de las pezoneras? Espero tus comentarios.

 

Bibliografia

Woolridge, M. W., Baum, J. D., & Drewett, R. F. (1980). Effect of a traditional and of a new nipple shield on sucking patterns and milk flow. Early human development, 4(4), 357–364. https://doi.org/10.1016/0378-3782(80)90040-7

Brigham M. (1996). Mothers’ reports of the outcome of nipple shield use. Journal of human lactation : official journal of International Lactation Consultant Association, 12(4), 291–297. https://doi.org/10.1177/089033449601200414

Clay, B. W., & Hoover, K. (2013). The Breastfeeding Atlas.Austin, TX: LactNews Press.https://amzn.to/3xKS8bz

McKechnie, A. C., & Eglash, A. (2010). Nipple shields: a review of the literature. Breastfeeding medicine : the official journal of the Academy of Breastfeeding Medicine5(6), 309–314. https://doi.org/10.1089/bfm.2010.0003

Kronborg, H., Foverskov, E., Nilsson, I., & Maastrup, R. (2017). Why do mothers use nipple shields and how does this influence duration of exclusive breastfeeding?. Maternal & child nutrition, 13(1), e12251. https://doi.org/10.1111/mcn.12251

Meier, P. P., Brown, L. P., Hurst, N. M., Spatz, D. L., Engstrom, J. L., Borucki, L. C., & Krouse, A. M. (2000). Nipple shields for preterm infants: effect on milk transfer and duration of breastfeeding. Journal of human lactation : official journal of International Lactation Consultant Association16(2), 106–131. https://doi.org/10.1177/089033440001600205

Copy Protected by Chetan's WP-Copyprotect.

16 DE MARZO DE 2024

17 P.M Madrid-España

Desde 19,99 euros