Hace unos días que decidí probar qué tal era eso de estar sin gritar a mis hijos. La idea no fue mía, pero llegó a mí a través de otras madres de la red social que se iban adheriendo a un curioso proyecto o desafío llamado Rinoceronte Naranja. Yo también me he querido sumar y he querido contarte un poco qué tal lo llevo.
¿Qué vas a encontrar en este post?
Qué es esto del Rinoceronte Naranja
Me confieso, grito demasiado
A medida que vas leyendo las Diez Lecciones que le ha dado la vida aplicando el Rinoceronte Naranja, te vas dando cuenta de todos los errores que cometes al cabo del día y te avergüenzas un poco de tí como madre.
- Estoy hasta las mismísimas tetas de que las vecinas se sorprendan el día que no te oyen gritar.
- Estoy cansada de que la vecina me llame a la puerta y me diga, sutil y educadamente, que baje la tele porque “se escucha todo con estas paredes de papel”, porque tengo que subir la tele para escucharla porque como yo, mis hijos también hablan alto y al final no nos entendemos.
- Y no quiero que mi familia me vuelva a recordar de forma reiterada que grito demasiado. Dicen que quien bien te quiere te hará llorar.
Mi marido también me dice que si grito es porque estoy un poco sorda, aunque el grita también lo suyo (aunque antes no lo hacía). Se conoce que todo se pega menos la hermosura, porque de un tiempo a esta parte me estoy dando cuenta que mi casa es una jaula de grillos y que somos los seis unos gritones.
Lo que se supone que tengo que hacer
Básicamente consiste en reconocer que soy una gritona y que ser así no me reporta nada positivo, ni como persona ni como madre. De ahí a ponerme un objetivo que pueda ir cumpliendo de poquitos a poquitos para así sentirme mejor. Es que van de la mano. Reconocimiento y objetivo.
Por supuesto deseo que todo el mundo sepa que le he plantado cara a mi mal humor y mi desvergüenza, y que voy en serio. Esto es para que no crean que de repente me han abducido los extraterrestres y, si es posible, pueden poner algo de empeño en echarme una manita, ¡pero con buenas palabras! No acepto comentarios sarcásticos o que me hagan daño. Que tonta no soy.
Lo primero que he hecho antes de colgar este post es conseguir el apoyo de otras mamis que se han adherido como yo al desafío, porque sin una grupo de ayuda ¿cómo voy a desahogarme cuando vea que pierdo la paciencia y estoy al límite del suicidio? Se recomienda tener este tipo de apoyo, que por otro lado adoro. Para mi los GAM, o Grupos de Ayuda Mutua, son imprescindibles en muchas facetas de la vida. En facebook hay un grupo de ayuda del desafío Rinoceronte Naranja.
Quizás lo más difícil, por la falta de tiempo que suelo tener siempre, es sentarme a escribir detalladamente un análisis de los desencadenantes de mi ofuscación y griterío, para poder identificarlos y no estallar a continuación. En estos días procuraré hacerlo.
La práctica, que es lo más difícil, me va a llevar mucho tiempo, dicen que es normal que se necesite un tiempo de entrenamiento. Chillar por ahí en el monte o desahogarme por escrito igual me vendrá bien. Sino tendré que recurrir al ganchillo, y no tengo minutos de sobra ahora precisamente. Quizás es buen momento para hacer algo de deporte que libere mis tensiones. De ahí a buscarme artimañanas para evitar gritar será coser y cantar. Y sí, ¡claro que lo voy a conseguir!
Intentaré mantenerme firme en no gritar, y aunque no sé si dispondré de un diario para ir contando qué tal va mi desafío, ni puedo prometer ir dejando constancia por twiter o por facebook, lo intentaré.
Sé que caeré varias veces, más de las que deseo, seguramente, pero como soy muy buena, pues me confesaré y les pediré perdón a mis hijos, porque de nada me sirve no reconocer mis defectos delante de ellos. Daré ejemplo.
También celebraré todos los días de logro, todos los días sin gritar, para motivarme cada día a seguir con el desafío. Como dicen, contare “un, dos, tres, cuatro, cinco y seis, siete, ocho, nueve y diez, todos los veréis, yo me calmaré”.
Por que yo sé que este desafío es pan comido, que tengo todo el coraje que me da haber tenido cuatro hijos dobles, y porque todos me apoyan. De esa misma manera yo apoyo a todas las grandes madres que han dicho “Basta ya”, #yanogrito
Ahora que ya sabes qué es Rinoceronte Naranja, ¿Qué haces que no te unes al Desafío?
¡Tú puedes!
Foto Crédito Pixabay: Mickyroo
Bueno Gema, decirte que en mi familia también son muy gritones y eso se “hereda” jeje. Pero mi marido odia los gritos! asi que siempre me suele corregir… Pero… Resulta que al sr. si le sale “elevar la voz” para regañar a bebé, algunas veces… Es un tema que lo hemos hablado mucho, y aunque ahora es muy pequeñita, queremos que en nuestra casa a ser posible no existan las voces! Ya te contaré… Cuando se eche novio seguro que las hay… Jeje.
En cuanto a ti, decirte que si algún día no consigues el desafío no pasa nada! Solo el pararte a pensar sobre ello, el planteárselo e intentar llevarlo a cabo dice mucho de tí! Mucha suerte y adelante!
Besos guapa
Bienvenida al desafío del rinoceronte naranja, Gema. Yo también estoy en ello 🙂