En estos últimos días he caído que apenas sólo he escrito sobre la primera infancia de los gemelos y no me he dado cuenta que los años se van volando y tengo que hablar sin excusas de mis primeros gemelos adolescentes.
El tiempo va pasando y ellos se hacen mayores, van camino de los 14 años y los pequeños parece que van con una velocidad mayor al alcance de sus hermanos. Dentro de nada los tengo pre púberes. ¡Y yo me hago más vieja! 🙁
Si pensaste que era difícil sacar adelante la infancia de los gemelos espera a que den el salto a la independencia y empiecen la transición a la etapa adulta.
Pedirás a gritos volver a los tiempos de teta, a las noches de acunar y canturrearles deseando volver a dormir, o si pensabas que jamás se irían de tu cama, ahora querrán no sólo la suya, sino su habitación personal.
Soñarás con el momento en que les acompañabas de la mano al colegio y un beso no le suponía un problema, cuando salías con toda la familia y no te acosaban malhumorados para regresar a casa. ¿O creías que después de los primeros años todo sería más fácil?
Gemelos adolescentes
Yo diría que sí, que oficialmente estamos pringados hasta el fondo en eso que llaman adolescencia.
Un periodo que dura más o menos en función de muchos factores como el sexo pero que la Organización Mundial de la Salud considera a partir de los 10 años y acabaría sobre los 19.
No es un proceso que se inicie de sopetón, va por pasos. Las chicas empiezan antes y los chicos más tarde.
- El primer paso hacia la adolescencia es la prepubertad, en la que se inician los primeros cambios físicos hacia la adultez. Se modifican los caracteres sexuales secundarios (crecimiento de mamas en niñas y genitales en niños o el crecimiento de vello axilar y púbico).
- Cuando aparecen otros cambios, como el timbre de voz en los chicos y sus primeras eyaculaciones, o la primera regla en las chicas, ya estaríamos en la pubertad.
- Los cambios psicológicos y sociales serían la adolescencia en sí misma, un proceso que transcurre como en paralelo a la pubertad, y es una creación social en la que construyen su propia identidad. Como tal su final es una crisis vital, a partir de la cual ya se les puede considerar realmente adultos porque han superado todas sus angustias, miedos y temores.
Ya llevo varios años pensando que ser adolescente en estos tiempos no es tan fácil como antes.
Las cosas han cambiado tanto que no soy capaz de ponerme en su piel totalmente y acompañarles como quisiera, aunque lo intento.
Cuando yo fui adolescente tuve como todas mis miedos, angustias y temores, mis crisis de identidad, mi no sentirme bien con mi cuerpo y pensar que todo el mundo me miraba mal.
Mi vergüenza para hablar en público y mi necesidad de pertenecer a un grupo. Aunque tardé un poco en formar mi grupo, recuerdo una etapa bastante dura en la que me dolía que un grupo determinado no me aceptara.
Me gustaba estar con mi grupo, el que finalmente me aceptó, y me oponía a las limitaciones de mis padres cuando pretendía hacer cosas de adultos.
Pero lo más diferente a la adolescencia actual es que el grupo lo tenía fuera, ahora parece que está dentro y fuera.
Hace unos días leía un artículo de Coks Feenstra en el que comentaba cómo los padres de gemelos teníamos un motivo de alegrarnos porque investigadores finlandeses habían detectado que los gemelos eran más responsables, que se protegían mutuamente de determinados comportamientos peligrosos entre los adolescentes como el abuso de sustancias tóxicas (alcohol y tabaco), tendiendo en general a prácticas más saludables.
En resumen que se distanciaban menos de los padres que el resto de muchachos.
Y esto me llena de esperanza y confirma mis sospechas y en parte no sólo creo que sea algo de los gemelos, sino en los que los padres hemos trabajado con ellos.
Aspectos psicológicos de los gemelos adolescentes
Sus padres y su propio hermano. Yo diría que tres en mi caso, yo tengo el de los otros hermanos gemelos que influyen mucho también en ellos.
Según van reafirmándose van oponiéndose a nuestra autoridad y cuestionan todo. Se rebelan contra tus normas y sus responsabilidades. Y eso que tengo pocas normas y pocas responsabilidades. No les he pedido más de lo que correspondía, pero al crecer es normal que asuman más y las normas cambien.
Cosas que ya he empezado a notar es que:
- No quieren estudiar.
- Solo quieren jugar en el ordenador, algo que está relacionado por cierto con su grupo de amigos.
- Se niegan a salir en familia, porque prefieren estar con sus amigos, sobre todo on line.
- Se han vuelto egoístas y autoritarios con sus hermanos, todo es suyo y su tiempo es suyo. Los demás nos tenemos que esperar o te montan un pollo.
- Te ocultan información. No te dicen las fechas de exámenes, si alguno la monta no dicen nada y hacen piña para ocultarte todo.
- Se enfadan por nada y gritan demasiado. Sus cambios de humor son tremendos y me enfadan, porque no les entiendo. Tan pronto te aman como te odian. Y todo en menos de cinco minutos.
Van construyendo su identidad. Saben lo que van queriendo, tienen sueños, aunque algunas veces un poco irreales, pero que son importantes y tengo en cuenta. Todo el mundo tiene derecho a soñar.
Aunque son gemelos idénticos no piensan igual, pero no pueden evitar parecerse, por mucho que ellos quieran evitarlo.
De momento como idénticos suelen tener los mismos gustos y más o menos comparten amigos en el instituto, pero al tener una diferencia de un curso, existen diferencias.
Desde luego los dos tienen la misma mala leche y chocan muchas veces, lo que creo que facilita su independencia del otro.
Independencia y seguridad
Desde que están en el Instituto se han hecho más independientes y más seguros de sí mismos. Tienen mi confianza para ir en autobús y mi confianza cuando quedan al cargo de sus hermanos.
Para mí es algo importante en un momento de mi vida que necesitaba de ellos para eso y para conciliar mi vida laboral y familiar, por eso merecen todo mi respeto.
Ya no quieren que les veas como niños, aunque muchas veces siguen comportándose como tales, pero tengo que reconocer que al tener dos hermanos más pequeños les pueden afecta al proceso.
Les gusta ser las dos cosas, y tampoco me apetece que dejen de serlo. Creo que hay tiempo para todo, para ser mayor y para dejar de ser niño.
No tengo prisa en que se hagan mayores, y como ellos tengo miedo de que lo sean.
Aunque han ido aprendiendo a valerse fuera de cada y cuando piden salir no pongo tantas objeciones como antes ni voy detrás vigilando con quien andan, veo que esta demanda es gradual y van a su ritmo.
Entran y salen, tienen sus llaves y se saben defender. Pero me sigue dando miedo porque aun son demasiado inocentes y al estar construyendo su identidad me disgustaría que algún sinvergüenza me los malograra.
Para evitar esto ya llevamos desde la pubertad hablando más con ellos de forma individual, por separado, para resolver dudas y tocar temas delicados.
Sobre todo porque hemos visto que en muchos sentidos los cambios no han ido sincrónicos y curiosamente el que nació más pequeño ha tomado una delantera, mientras el más mayor tomó otra.
Físicamente uno es más avanzado que el otro y psicológicamente es al revés. Esto es hasta ahora lo más hemos acusado y tenido que resolver con celeridad, porque no estaban conformes.
Ellos aún no han logrado romper otros lazos hacia esa “independencia” total nuestra, van a su ritmo, desde luego, y aún no quieren separarse del todo ni parece interesarles.
No me preocupa, pero sí me inquieta que los demás tengan prisa en que así sea. Y no se separan de nosotros, aunque sí se desmarcan de los hermanos pequeños.>
Nunca han dormido fuera de casa. Ni han querido hacerlo ni con abuelos ni con amigos, pero por ejemplo han empezado a cogerle gustito a comer con ellos.
Algo que en cambio me lleva de cabeza es el grado de agresividad que llegan a expresarse mutuamente como hermanos y la autoridad despótica hacia sus hermanos pequeños. Obviamente se han crecido al notar sus cambios y se sienten especiales. Tanto que creen que determinadas cosas son de su pertenencia.
Suelen ser bastante egoístas y egocéntricos y pueden ser en algunos momentos realmente crueles con sus hermanos, quizás porque para ellos es más fácil expresar su rechazo hacia nosotros con ellos, aunque tampoco le ponen pegas a pegarte un grito a tí como madre.
Esto es una situación que me acongoja y me debilita.
Cuando acaban ganando la batalla y te hieren con sus palabras porque están descontentos con tus solicitudes. Si les digo que estudien porque es época de exámenes, o me cuenten qué tal les va y están en su mundo con su pandilla on line.
Se ponen sus cascos y desparecen de casa, es como si se hubieran ido de casa. Hace poco alguien en facebook o twitter comentaba que había decidido comunicarse con su hijo a través de las redes sociales para que le prestara atención.
Me sentiría muy mal si yo tuviera que hacer igual, pero si hay que hacerlo lo haré. Igual con un poco de sentido del humor se puede relajar el ambiente. Es lo que pretendo, y que entiendan que me hacen daño cuando me suben el tono.
Pero aparte de su narcisismo y ego, su amor por su pandilla y sus juegos, y su tendente separación de las actividades familiares por las del grupo, tienen días de retrocesos.
Días concretos de necesidad de apoyo. Días de miedo a algo, miedo a hacerse mayor y dejar de ser niños, angustia existencial, pavor a morirse o a perdernos.
Y es por eso que no quieren aun romper y acabar de independizarse, pero todavía tienen tiempo, y mejor pasitos pequeños que pegarse el golpe por correr.
Entre ellos ya se muestran más favorables a la autonomía. Esto es en parte gracias a que en el colegio han ido separados. Pero la ruptura más importantes para ellos fue el paso de uno al instituto mientras el otro continuaba un año más en el colegio.
Fue una gran crisis existencial del “mayor”, que se enfrentaba al mundo de mayores en solitario. Fue una época turbulenta, de muchos enfrentamientos verbales entre ellos.
El mayor le echaba en cara su hermano haber repetido y haberle abandonado. Pero así han podido dedicarse más a sí mismos, a su círculo de amistades y sus gustos.
Ya no pasan tanto tiempo juntos en casa. Me he dado cuenta que al no contar con habitaciones separadas, a la mínima que pueden se escabullen a una habitación separada a vivir su soledad e intimidad. Creo que no vamos mal.
Mis trucos con gemelos adolescentes
Gracias a que durante estos últimos años también he estudiado un grado sanitario he podido adquirir herramientas para entender el proceso, aunque me queda mucho por aprender.
Sin duda, como dice Feenstra en su “Gran Libro de los Gemelos”, es una oportunidad única para aprender con ellos.
Sobre todo con ellos he aplicado cosas de sentido común. No he ido a ninguna charla de adolescentes, ni de policías tutores, ni nada por el estilo y lo hago a mi aire, recordando lo que me gustó de mi adolescencia y lo que más odiaba.
He confiado en mi instinto:
- Empatía y escucha activa. Me gusta sentarme a hablar con ellos por separado y brindarles un ratito individualmente. Ellos lo agradecen y se abren contigo. Se muestran más afables y se dejan debatir temas de transcendencia y valores. Puedo hablar con ellos de muchas cosas porque intento ponerme en su pellejo y me acuerdo cuando mi madre se sentaba en mi cama y me ofrecía su hombro cuando lloraba porque no comprendía el mundo y por qué algunas veces era tan injusto. Me escuchaba y me dejaba expresarme. Me daba su opinión y me proponía alternativas y de paso me enseñaba los valores que le parecían correctos.
- Complicidad. Sí, me gusta cambiarme con ellos, ser adolescente y sentirme joven. Tonteo, les hago bromas y les cuento mis historias. Quiero que sepan que yo pasé por lo mismo y no siempre fui mamá y les encanta escucharlas. Me gusta ser madre, pero a veces necesito ser igual que ellos para poder facilitarles el camino. Tengo un poco de manga ancha, y de momento me funciona.
- Respeto por sus diferencias y sus ritmos. Igual que un parto, cada etapa tiene un tiempo y lleva un ritmo personal. Cada persona es diferente, como lo son los gemelos idénticos también. No siempre irán igual, nunca lo han ido. Intento no compararles, porque cuando lo hice nunca salió bien. Les animo que a desarrollen sus diferencias, porque así tienen algo de lo que sentirse orgullosos y únicos. Francisco es un excelente artista, y es un amigo de sus amigos, tierno, dispuesto. Roberto es más alocado, tecnológico, al que le gusta enseñar al mundo sus logros.
Y sólo estamos empezando. 🙄
Aún no sabemos qué nos deparará esta etapa, ni cuando acabará. Yo aún tengo muchas dudas y no sé hasta qué punto podré continuar con mi pareja sin ayuda.
Hemos superado muchas cosas, y ésta será al final un recuerdo de una etapa preciosa con sus altibajos. Con los segundos ya sabremos a qué atenernos y quizás lo hagamos mejor, pero seguramente, como con toda la crianza, cometeremos errores también.
¿Cómo viviste tu su adolescencia? Cuéntanos tu historia.
Hola. Tengo 3 hijas. Gemelas de 13 años y otra de 7.
Actualmente mis hijas están demandando (sobretodo una de ellas) más independencia de la otra gemela. No le gusta que sus amigos las tomen cómo un pack. No se esfuerzan en conocerlas a cada una por separado. Y eso les está pasando factura. Una de ellas ya no quiere ir con su hermana a ningún lado, quiere conocer gente nueva, ella sola. Y la otra gemela esta bastante triste, aunque desea también independenci, le cuesta más conocer gente.
Bueno y no se como ayudarlas para que no sufran ninguna de las 2.
Gracias.
Hola Pilar
muchas gracias por contarnos tu caso Pilar. Sí, realmente puede sentirse un poco triste y al mismo añorar esa independencia. Como padres podemos trabajar en esto y le podemos proporcionar un poco de espacio y tiempo con nosotros a solas haciendo algo que le guste mientras su hermana sale, y animarla, por supuesto, a aventurarse en busca de esa independencia y búsqueda de amigos. Entiendo que le cuesta hacer amigos quizás porque cuando han ido juntas dependía de esto de su hermana y no tiene confianza. Necesita un poco de confianza en si misma y autoestima. Por supuesto ahora te encuentras entre la espada y la pared, no sabes qué hacer para no hacerlas sentir mal. Normalmente compararlas no suele funcionar mucho. Más bien, tu que eres su madre y sabes cómo son y en qué destacan, puedes enfocarte en eso y de forma positiva ayudarla a que confíe en ella, destacando sus puntos positivos, y validando sus emociones, lo que siente ahora. Hablar con ellas por separado, dedicarles un tiempo a cada una para poder hablar de las cosas de cada una sin la necesidad de compartirlo con la hermana. Así que se ella se anime a buscar amigos por separado y empiece a encontrarlos y a forjar su círculo se va a sentir mejor, y su hermana aliviada de no ser de la persona que tiene que depender.
Y si te ves muy apurada, puedes contactar con algún terapeuta especializado en gemelos, porque además te puede dar pautas para poder trabajar con ella. Por ejemplo, Coks Feenstra.
Un saludo
Gema
Hola.
Que buen artículo.tengo dos hermosos gemelos, los Juanes, y me ha encantado tu artículo.
Gracias a Dios han estado en cursos diferentes, y esto les ha dado más independencia, nuevos amigos y más seguridad, es superimportante porque les ha ayudado a encontrar su identidad. Lo que si es que en el descanso se reúnen y comparten.
Tengo una inquietud. Él desarrollo físico en los gemelos va más lento que el de los otros niños no gemelos?.
Hola
no tiene por qué. A no ser que sean prematuros. En cualquier caso se convierten en unos caballeros y señoritas como el resto, muy bonitos y bonitas.
Hola, me agrada que tomaras este tema en cuenta, es la primera vez que paso por aquí y bueno, di con ese sitio porque soy gemela, tengo 21 años y mi nombre es Azucy.
El caso es que noté que tus hijos pasaron por algo similar a lo que nos ácana de suceder, bueno yo soy estudiante de 5to semestre de licenciatura en enfermería, mi geme y yo estuvimos en la misma carrera, pero por problemas de salud ella dejó la Lic. Y buscó algo mas leve, justo este semestre comenzó en Licenciatura en puericultura, y bueno, nosotras jamas habíamos sido separadas desde el preescolar y creo que no puedo digerir la idea de verla con otras amigas, algo que me ha puesto demaciado triste porque incluso hoy no pudo percatarse de que la esperé en la facultad para irnos juntas y siguió camino con sus amigas (estamos en la misma universidad) cosa que me dolió porque siempre habíamos estado juntas. El semestre pasado, que fue cuando ella decidió salir de enfermería, los últimos meses fueron muy difíciles para mi ya que almorzaba sola y el tiempo libre no tenia con quien hablar, a pesar de tener amigas, y buscaba a las de ella para no sentirme sola pero me resultaba peor ya que me hablaban por su nombre. Creí que ahora que ella regresara a la universidad me sentiría mejor pero hoy me di cuenta de que esto solo fue un empujonsote a su independencia, ella es la mayor de las dos y siempre me protegía y ver como va frente a mi sin percatarse de que a cada paso que da se aleja lentamente de mi me hace sentir desprotegida.
Bueno alguien una vez dijo que el que no tiene gemelo no lo entiende y por ende no debe saberlo, pero quizá mi experiencia sea similar a la que pasaran tu gemelos cuando llegue al momento de decidir sobre su formación profesional, solo puedo decirte que en estos casos solo ellos dos podrán apoyarse, porque nadie mas entiende el dolor de separarse de alguien con quien has vivido todo, y es mejor dejar que ella dos resuelvan ese asunto sin meterse, lo digo porque mi madre a la que amo mucho, ha intentado ayudar pero mas que ayuda siento que me abruma cuando toca el tema de la independencia gemelar. Solo es un consejo para evitar que abrumes a tus gemelos cuando llegue ese momento, es lo que menos queremos sentir en ese momento, algo agregado al hecho de ya sentirse pésimo por el cambio súbito. Bueno me alegraría sabes que piensas de este comentario 🙂 gracias.
Hola Azucy
llevo intentando contestarte como dos semanas, porque imagina que mis hijos me han llevado de cabeza con el inicio escolar y no me ha dado tiempo ni de actualizar el blog. Estoy encantada con tu comentario y tu experiencia. Efectivamente ellos aún no han llegado a ese punto, igual lo pasaron rozando un poco cuando el mayor salió al Instituto mientras su hermano quedaba rezagado en el colegio porque repitió en un curso por problemas burocráticos. Entonces fue cuando les noté extraños y muy diferentes, pero al final permanecieron juntos en la amistad. Ahora que ya están los dos juntos en el Instituto, cada uno tiene sus amigos pero eso no les interfiere de momento mucho en su relación fraternal. Hay un especialmente más independiente de su hermano, sale sólo y puede estar cómodo en la situación. No intento bloquear nada y que sean ellos quienes decidan. De nada me sirve forzarles a hacer cosas, porque no sería justo. Con esto les restaría autonomía y creo que son suficientemente adultos como para discutir problemas como los que comentas.
Quería agradecerte mucho tu comentario, porque sin duda me será de gran utilidad.