Hace unos días me sorprendía una consulta de una colega en un foro de asesoras de lactancia porque una madre se había encontrado que algunos de las bolsas de leche materna que guardaba en su banco no se estaban congelando.
No era normal, porque el resto lo había hecho sin problemas. Sólo una no lo hizo.
No podía ser algo relacionado con su congelador, ya que sino, no habría congelado ninguna de las bolsas. Incluso con mucha probabilidad se habría descongelado el resto de alimentos o contenedores de leche que tuviera en su nevera.
Me puse a hacer una búsqueda después del impacto que tuvo en mi curiosa mente porque era la primera vez que escuchaba algo así. Estaba sorprendida porque no encontraba ninguna buena referencia, ni un estudio, nada “fiable”.
O es no supe buscar bien. También puede pasar y esto de las búsquedas es un arte.
De entrada supuse que quien mejor me podría responder sería alguien que trabajara en un Banco de leche materna, y lo dejé en un lado en mi agenda para preguntar si tenía un hueco, porque no era algo qur urgiera ni era peligroso para nadie.
No se iba a acabar el mundo por esperar, y tenía cosas que hacer.
Si no he escuchado nunca hablar de ello, ni lo he leído en todo el tiempo que llevo metida en libros de lactancia materna, escuchando charlas, leyendo de otras colegas en espacios de intercambio, es que tenía que ser muy habitual y por eso, quizás, no estaba bien documentado.
Seguí un poco más tarde, así que pude, mirando por foros en inglés de madres.
Me encontré con varias preguntas de madres en los foros de Babycenter, a las que otras referían que la posible causa estaba en el alcohol que la madre pudiera haber tomado, mientras otras comentaban que les habían pasado desde La Liga de la Leche noticias de que estaba todo detrás de la lipasa de la leche materna.
No estaba segura, porque tampoco encontré nada en páginas de la Liga ni de otras IBCLCs, nadie que contara algo parecido y me diera un poco de luz.
Seguro que os suena la lipasa porque hablamos de ella cuando estamos con temas de conservación de la leche materna y su congelación.
La lipasa es una enzima que se encarga de facilitar la digestión de la grasa de la leche materna y que, al mismo tiempo, funciona como protectora cuando se conserva.
Las leches que contienen grandes cantidades de lipasa pueden desencadenar que el olor y sabor de la leche varíe y no sea bien tolerado por el paladar del bebé (no que le siente mal, ojo).
La leche está en perfecto de estado de conservación, pero a medida que pasa el tiempo, la lipasa empieza a proteger la leche.
Algunas madres han notado esto sólo cuando han descongelado la leche y otras mucho antes de congelarla.
La solución que proponían en el foro de babycenter era escaldar la leche materna de la misma manera que se hace el escaldado cuando conservamos la leche, descongelamos y nos encontramos con esta situación de rechazo. Se hace para evitar que se coja ese olor y sabor.
No había muchas respuestas acerca de si esto solucionó o no el problema de la congelación. Esto quizás me lo puede explicar mejor un expero en química orgánica. 😉
Da la casualidad que de pronto en el hilo de asesoras entró un mensaje con una respuesta certera justo de un experto en Bancos de leche, el Dr. João Aprigio.
El doctor João Aprigio Guerra de Almeida es Coordinador de Red de Bancos de Leche de Brasil y de la Red Iberoamericana de los bancos de leche.
En su día, el Dr. Gustavo Hugo Sager le preguntó y no se acordaba de cómo fue su respuesta, así que le hizo el favor a la asesora de preguntarle de nuevo. Y esta fue la respuesta.
“El hecho de la leche humana no se llegue a congelar está asociado a un fenómeno denominado gelificación, que es autocatalítico, tiene inicio aún en el interior de los ductos mamilares, prosigue tras la extracción, se acentúa con fluctuaciones de temperatura (calentamiento para deshielo, pasteurización y enfriamiento) y no descalifica la leche para el consumo. “
Esto es que no se estropea la leche a pesar del proceso de gelificación. 😉
Refiere Aprigio que
“La naturaleza como siempre es sabia, y cuando la mujer produce más leche de lo que el bebé toma, en aquella mamada, en función de la cantidad que permanece acumulada en los ductos mamilares, se inicia el proceso de gelificación.”
¿De qué manera y por qué se produce la gelificación?
Nos sigue contando Aprigio:
“La leche acumulada en el interior de los ductos, como en los casos de ingurgitación mamaria, promueve una presión en las paredes internas de los ductos.
Por otro lado, en virtud de la ley de la acción y reacción de Isaac Newton, los ductos también promueven una fuerza sobre la leche – una presión sobre la leche en el interior de los ductos.
Como la leche tiene proteínas en su estructura, esta presión ejercida por los ductos altera la estructura cuaternaria de las proteínas que comienzan a ser “desenrolladas o desenovilladas”, asumiendo una estructura más linear que es químicamente inestable.
En la búsqueda de una nueva estabilidad, esas proteínas establecen ligaciones químicas con el agua de la leche por intermedio de puentes de hidrógeno.
Así, el agua de la leche humana pasa a ligarse de forma progresiva a las proteínas, quedando aprisionadas por ellas y, consecuentemente, aun cuando la temperatura del producto queda abajo del punto de congelamiento, el producto no congela, pues el agua está ligada químicamente a la proteína y por esta razón no consigue reorientarse para formar cristales de hielo.
Una vez iniciada, por tratarse de un proceso autocatalítico, prosigue.
Por esa razón, aunque la leche sea mantenida a -18ºC en freezer, no congela, pues las proteínas forman una red que prenden las moléculas de agua evitando que ellas se aproximen para formar cristales de hielo.”
Soluciones propuestas, que no pasan por el lío de escaldar leche
João Aprigio nos sugiere ante esta situación no pensar mal de la leche :lol:, ya que es apta para el consumo y que en definitiva es el problema porque se pregunta y se duda.
Tan sólo hay que sacarla del congelador y agitar vigorósamente para deshacer la red proteica que prende el agua.
Sí, agitar con alegría, sin miedo a nada.
Esto quizas te resulta extraño y un poco confuso, porque lo que solemos decir cuando la leche se ha descongelado para usar y se prepara para administrar es que se agite suave. 😀
Cuando agites el contenedor o bolsa de leche se congelará casi instantáneamente en sus manos. 😯
Así que ya sabes, no necesitas nada más. Muy fácil. 😉
¿Te había pasado alguna vez? ¿Qué hiciste para poder resolverlo?
Te leo.
Hola, me sirvió demasiado está publicación ya que me pasa este caso, mi leche no se congela. Probé lo de agitar la leche y me súper funcionó. Estoy muy feliz.
Hola Mayra
me alegra mucho que te sirviera y pudieras aprovechar toda tu leche. Un saludo
Muy buena y muy clara la información sobre este proceso que desconocía !!!
Gracias Maria Teresa. La primera vez que me lo contaron me sorprendió mucho, cuando me puse a investigar vi que era bastante común, más de lo que parecía. Información es poder.